Un imprescindible

Un imprescindible

Venga, volvamos a lo importante de los domingos. Me encanta cuando le toca el turno a esta categoría y me siento a escribir estos posts, le dan luz a las últimas horas de la semana. Al domingo hay que darle valor, hay que dejar de arrastrarlo con el peso del lunes que le intenta pisar los talones. Así que yo sigo dándole espacio y voz a un grandísimo placer que me hace los domingos muy alegres: 吃飯 chīfàn, comer.

Hoy le toca sentarse en el trono a 胡椒餅 hújiāo bǐng, un gran clásico, un bollito por el que no dejaban de formarse colas de gente. Un 小吃 xiǎochī que podría afirmar casi al 100% que le gustaría a cualquiera que coma carne. Este bollito de pimienta es tan imprescindible y popular como la montaña de 象山 Xiàngshān. Creo que no hubo ni una sola vez que pisara un mercado nocturno y no acabara con uno de ellos en la mano.

Carne de cerdo marinada con un buen punch de pimienta negra, soja y bien especiada, un puñado generoso de cebolleta y una masa bien hecha cubierta de semillas de sésamo que se quedará perfectamente crujiente en sus hornos cilíndricos con esa forma de hacerlos tan hipnótica. No me olvido de hacer una mención especial a su jugo final, el del último bocado que siempre acababa haciéndome dar un paso hacia atrás para que no me cayera encima de la ropa.

Y cuando ya está listo, te lo dan tan calentito, recién despegado de las paredes, metido en su sobre de papel con sus semillas de sésamo doraditas asomándose… Justo en ese momento sale tu perro de Pavlov a salivar aunque no sepa aún que abrirá una fumarola hirviendo con el primer mordisco.

Es tan fácil de pedir, de comer, de llevar, de querer, de no cansarse de él que no hay otro adjetivo: es imprescindible.

Lo que funciona, funciona. No hay que adornarlo, no hay que reinventarlo. De este bollito no se cansará ninguna generación. ¡Éxito asegurado!

*A mi también me encantan las fotos de hoy, pero estas no son mías.

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