Mi bocata favorito

Hace dos domingos inauguré esta categoría en la que me siento a escribir sobre comida. Me parece un hábito tan genial hablar de esto los domingos que desde hoy lo voy a convertir en tradición. Los domingos hablaré de una de las cosas que creo que a todos nos encanta: disfrutar del comer. Y yo particularmente, además de comer, soy muy de cocinar así que esta sección será mi niña bonita, bonitísima.

La cocina para mí es alegría, energía y disfrute. Puedo probar y crear como hacía Remy en Ratatouille, apostar por juntar sabores que aparentemente no casan. Me acuerdo que cuando vi Ratatouille por primera vez me sentí tan identificada con esa emoción al juntar lo salado del queso con lo dulce de las uvas y con esa explosión de sabores en la boca que se me quedó grabada la escena de la película en la cabeza. Sí, soy de esas personas a las que les encanta la piña en la pizza, ¡qué le voy a hacer si mi Pepito Grillo también es muy Ratatouille…!

Hay una cosa que me encanta de viajar y es meterme de lleno en la gastronomía local. Me encanta probar sabores nuevos, mezclas nuevas y formas distintas de cocinar para poder meterlas en mi saquito de aprendizajes culinarios y seguir cocinando con la mente abierta, bien abierta.

Desde que probé este riquísimo bocatita de pan bao, no he podido bajarlo de mi pódium de favoritos de comida callejera asiática. A los taiwaneses les encanta comer y les encanta comprarse su guàbāo 割包 para llevar, igual que a mí.

Es un bocata pequeño, equilibrado, sabroso. No tiene muchos ingredientes pero los que tiene no pueden hacer mejor combinación. «Menos es más», una gran verdad también para la cocina.

Panceta de cerdo estofada, hojas de mostaza encurtidas, polvo de cacahuete y cilantro. Que no falte el cilantro, uno de mis grandes favoritos que Taiwán me ha hecho reconsiderar para crear mezclas impensables e increíbles. Ya veréis, ya. Un post que llegará pronto…

*A mi también me encantan las fotos de hoy pero estas no son mías. (Photo by © Elaine)