Encuentra lo que te empodera

Encuentra lo que te empodera

Toma titulazo de post. ¿Echabas de menos la introspección de Pía?

No te preocupes, que si quieres intensidad introspectiva aquí te te dejo una capsulita de un gramo bien concentrada.

Escribir. Mi por qué lo sabes ya, ¿no? Vuelve a leer esto si no te acuerdas. Vale, una vez refrescada la memoria, centrémonos más en el efecto de la escritura.

Voy a empezar diciendo que, por más que quiera no voy a poder describir lo bien que me hace sentir escribir. No sé si cuando leas esto voy a conseguir describirte lo que se me mueve por dentro cuando sólo con sentarme a escribir entiendo cómo le hacía sentir a Popeye ese trago que le daba a la lata de espinacas.

A cada palabra que escribo siento cómo me digo a mí misma: «sí, es que ésta eres tú» y se me erizan las arterias al sentir esa forma tan pura de verse a una misma en el cuerpo de cada frase que queda escrita. «¿Y sabes qué? Lo mejor es que te encanta verla cuando te relees, así que no dejes de escribir porque ahí puedes verte tal cual eres, puedes verte reflejada en el espejo sonriéndote y apoyándote.»

Escribiendo siempre veo a Pepito con el alfiletero en el antebrazo ondeando una sábana en la que le gusta bordar nuestro leitmotiv: «Cultiva lo que eres y agárralo. Agárrate fuerte a ti y no te sueltes».

Siempre he necesitado escribir, desde muy, muy pequeña. Siempre supe que ese sitio que de repente se abría cuando me sentaba a escribir era mi espacio. Siempre supe que ese era mi momento, mi momento de ser escuchada, mi momento de validarme a mí misma, mi momento de priorizarme, mi momento a solas conmigo, mi momento de decirme todo lo que necesitaba oír, mi momento de sentirme más yo que nunca.

Siempre digo que llevo conmigo una caja de cristal imaginaria en la que meto todo lo que más me importa, todo lo que necesito ver sin necesidad de abrirla, y dentro de ella siempre hay algo: la escritura.

La escritura es muy importante para mí porque lo que yo encuentro en la escritura es poder, es el poder expresarte y el poder que te da expresarte sin ataduras. Sin ataduras del qué pensaré yo misma de lo que escribo, del qué pensarán los que me lean, del si está bien o mal decir esto o lo otro, del encasillamiento del «si digo esto me encadeno a mis palabras», del miedo a no pertenecer a vete a saber dónde, a no encajar en vete a saber dónde.

En la escritura nunca he tenido miedo a no encajar, porque siempre he preferido serme fiel a no encajar. En la escritura nunca he buscado fuera de mí, siempre he buceado lo más profundo que he podido para sentirme bien, sentirme cerca de mí y permitirme escribir exactamente lo que necesitaba ver por escrito de mis experiencias, de mis pensamientos.

Escribiendo así he encontrado libertad, libertad de decir cómo me siento y de gritarlo si quiero. Libertad de que no me dé miedo hablar de lo que me angustia, de lo que me tensa, de lo que me cuesta decir, ni de lo que pienso. Pero diría más, no sólo he encontrado libertad, he encontrado la poderosa sensación de sentirme orgullosa de escribirlo y de hacerlo visible.

He encontrado valor para escribir según qué cosas y en el valor he encontrado poder. El poder que te da contar tus momentos bajos, darles forma y no sólo quedártelos para ti. He encontrado poder en mostrarme vulnerable cuando lo he necesitado.

El saber mostrarse vulnerable contando tus historias no sólo me parece liberador y necesario, sino que me parece valiente y poderoso. Me parece un vértigo francamente poderoso. Así que, gracias escritura por darme ese súper poder, porque con él me siento una súper heroína que le puede poner capa a su pijama para irse a la cama todas las noches.

Venga, nuevo post-it para la nota mental de hoy: Nunca dejes de agarrarte a lo que te hace sacar a tu gigante de dentro. ♥

*A mi también me encanta la foto de hoy, pero esta no es mía. (Photo by © Adrien king)

Back to Top